LATAM Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades, Asunción, Paraguay.
ISSN en línea: 2789-3855, octubre, 2024, Volumen V, Número 5 p 2353.
Arriaga por la tala de árboles y la destrucción de la fauna. “Nosotros no hemos visto los beneficios del
proyecto, al contrario, nos afecta la deforestación y la contaminación que provocan las torres”
(Henríquez, 2013, pág. 25).
La implantación de aerogeneradores, se ha extendido y expandido en varios estados de la República
Mexicana, según (Quintana, 2018) recientemente a otras regiones como: Baja California, Puebla,
Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas. El origen formal de todo esto fue la firma del gobierno de México al
Protocolo de Kioto en 1992, esfuerzo mundial por reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2)
y, por ende, el calentamiento global. Entre las acciones concretas están la generación de energía
eléctrica por medios que reduzcan significativamente el uso de combustibles fósiles, por lo que, en
este protocolo, sobre los parques eólicos, que son la materia de este trabajo, las autoridades del país
se comprometieron a estar generando 12 mil MW para el 2020, quedando un umbral de crecimiento
considerable de hasta 50 mil MW, de acuerdo a la tecnología vigente (Sener, 2012, p. 80, citado por
Quintana. 2018).
El noreste de México, según (Guerrero, 2017), se encuentra comprendido en orden Este a Oeste, por las
entidades federativas de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, mismas que en conjunto cubren una
extensión territorial de 296,000 km2 contemplando un total de 14 subprovincias fisiográficas
delimitadas por la CONABIO en 1990. Del total de subprovincias fisiográficas comprendidas en los
estados de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, tres de ellas son las que presentan mayor importancia,
denominadas: “Sierras y Llanuras Coahuilenses”, “Llanuras de Coahuila y Nuevo León”, “Llanura
Costera Tamaulipeca”.
De acuerdo con (Agatón et. al., 2016) se espera que un proyecto eólico de alta envergadura en inversión
económica, tecnológica y de generación de energía, tenga un impacto positivo en la economía,
reflejándose en un “boom económico”, en la creación de nuevos empleos estables, mejor remunerados
y permanentes, en la derrama económica regional que estimula el comercio, la industria inmobiliaria y
de la construcción para dinamizar la economía local. Otro de los aspectos que deberían impactar
positivamente, son las dinámicas sociales al interior de las comunidades situadas en la zona de
influencia de los proyectos, situaciones que deberían provocar desplazamientos horizontales o
verticales en la escala social. En esta perspectiva, Guardia, (2021) en su estudio sobre los significados
de la educación rural a partir de la proyección de grandes proyectos destaca:
La urgencia de hacer frente a los impactos socioambientales de los megaproyectos en el sector,
garantizando la presencia de las familias campesinas en el territorio y de los niños y niñas en las
escuelas rurales, esto, articulando los programas y proyectos de intervención a prácticas de gestión
social y educativa más democráticas y participativas. (pág. 1)
En este sentido, se enfatiza que, en los reacomodos y cambios de uso de suelo, los desplazamientos
humanos horizontales deben darse por el cambio de actividad de la gente, por ejemplo, si un ejidatario
realiza actividades agropecuarias para autoconsumo, con la instalación de los parques debería estar
realizando otras actividades que mejoren su condición social y económica, de igual manera habría de
ofrecerse los servicios básicos, educación, salud, vivienda, agua potable, electricidad, etc. De igual
manera se advierte que los cambios sociales verticales se dan cuando se mueven a un nivel superior
en la escala social, si los ejidatarios se encontraban en situación de marginación según la escala
manejada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, deberían
presumiblemente tener condiciones más dignas de vida y convivencia.
En esta perspectiva, un estudio transversal y descriptivo, realizado en la zona del istmo de Tehuantepec,
Oaxaca, México en la cual se encuentran instalados parques eólicos de la Comisión Federal de
Electricidad [CFE] y de empresas extranjeras tales como Femsa, Iberdrola, Unión Fenosa, Preneal,
Endesa, entre otras. Estas empresas tienen presencia en La Venta, La Ventosa, Juchitán, El Espinal,