LATAM Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades, Asunción, Paraguay.
ISSN en línea: 2789-3855, septiembre, 2024, Volumen V, Número 5 p 208.
DOI: https://doi.org/10.56712/latam.v5i5.2601
Impacto del ejercicio físico en la prevención de
enfermedades crónicas no transmisibles en la población de
20 a 40 años de Quito
Impact of physical exercise on the prevention of non-communicable
chronic diseases in the population aged 20 to 40 in Quito
Diana Patricia Luna Rodríguez
patricialuna1991@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-1331-2757
Investigador independiente
Quito – Ecuador
Artículo recibido: 28 de agosto de 2024. Aceptado para publicación: 04 de septiembre de 2024.
Conflictos de Interés: Ninguno que declarar.
Resumen
El ejercicio físico y las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) están estrechamente
relacionados, ya que la actividad física desempeña un papel crucial tanto en la prevención como en el
manejo de estas enfermedades. Las ECNT, que incluyen condiciones como la diabetes tipo 2, las
enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y ciertos tipos de cáncer, son responsables de una
parte significativa de la morbilidad y mortalidad a nivel mundial. La evidencia científica respalda
claramente que el ejercicio físico es una intervención clave en la lucha contra las enfermedades
crónicas no transmisibles. Tanto como medida preventiva como parte integral del tratamiento, la
actividad física mejora significativamente la salud general y reduce la carga de las ECNT en la
población. Fomentar hábitos de vida activa y saludable es esencial para mitigar los efectos de estas
enfermedades y mejorar la calidad de vida de quienes las padecen. Se realizo un estudio de corte
transversal y descriptivo mediante el levantamiento de información a través de la realización de una
encuesta en el Parque la Alameda de la ciudad de Quito, a un total de 150 personas, obteniendo una
muestra de 120 personas encuestados entre las edades de 20 a 40 años de edad tanto hombres como
mujeres, el objetivo del presente artículo es identificar la relación que existe entre el ejercicio físico en
la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles
Palabras clave: ejercicio físico, enfermedades crónicas no transmisibles, prevención
Abstract
Physical exercise and chronic noncommunicable diseases (NCDs) are closely related, as physical
activity plays a crucial role in both the prevention and management of these diseases. NCDs, which
include conditions such as type 2 diabetes, cardiovascular disease, hypertension, and certain cancers,
are responsible for a significant portion of morbidity and mortality worldwide. Scientific evidence
clearly supports that physical exercise is a key intervention in the fight against chronic
noncommunicable diseases. Both as a preventive measure and as an integral part of treatment,
physical activity significantly improves overall health and reduces the burden of NCDs in the
population. Promoting active and healthy lifestyle habits is essential to mitigate the effects of these
diseases and improve the quality of life of those who suffer from them. A cross-sectional and
descriptive study was carried out by collecting information through a survey in the Alameda Park in
LATAM Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades, Asunción, Paraguay.
ISSN en línea: 2789-3855, septiembre, 2024, Volumen V, Número 5 p 209.
the city of Quito, to a total of 150 people, obtaining a sample of 120 respondents between the ages of
20 to 40 years old, both men and women, the objective of this article is to identify the relationship
between physical exercise in the prevention of chronic noncommunicable diseases.
Keywords: physical exercise, chronic noncommunicable diseases, prevention
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Cómo citar: Luna Rodríguez, D. P. (2024). Impacto del ejercicio físico en la prevención de
enfermedades crónicas no transmisibles en la población de 20 a 40 años de Quito. LATAM Revista
Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades 5 (5), 208 – 216.
https://doi.org/10.56712/latam.v5i5.2601
LATAM Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades, Asunción, Paraguay.
ISSN en línea: 2789-3855, septiembre, 2024, Volumen V, Número 5 p 210.
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) como la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión
arterial, las enfermedades cardiovasculares y la obesidad, constituyen un problema de salud pública
global, responsable de aproximadamente el 71% de las muertes anuales a nivel mundial, según datos
de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La prevalencia de estas enfermedades ha mostrado un
incremento exponencial, relacionado con factores de riesgo modificables como la inactividad física,
dietas hipercalóricas y el sedentarismo, especialmente en poblaciones urbanas.
El ejercicio físico ha sido identificado como una intervención terapéutica eficaz para la prevención
primaria y secundaria de las enfermedades no transmisibles. La evidencia científica ha demostrado
que la actividad física regular induce adaptaciones fisiológicas que mejoran la función cardiovascular,
la sensibilidad a la insulina, el perfil lipídico y la composición corporal, reduciendo significativamente
el riesgo de desarrollar estas patologías. Además, en individuos que ya presentan ENT, el ejercicio
físico se ha asociado con mejoras en el control de la glucemia, la presión arterial y la calidad de vida,
así como con la reducción de la morbilidad y mortalidad asociadas. (Organización Panamericana de la
Salud, 2020)
A pesar de la abundante evidencia que respalda los beneficios del ejercicio físico, su implementación
como estrategia de salud pública enfrenta desafíos significativos, particularmente en la población
adulta joven, entre 20 y 40 años. Este grupo etario, que se encuentra en una etapa crucial de la vida en
términos de desarrollo profesional y familiar, suele mostrar una menor adherencia a programas de
ejercicio físico debido a barreras como la falta de tiempo, el estrés laboral y la percepción de que no
necesitan medidas preventivas inmediatas.
Las ENT, incluyendo diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y obesidad,
presentan una incidencia alarmante a nivel mundial. Según datos de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), las ENT representan aproximadamente el 71% de todas las muertes globales, con un
aumento sostenido en la prevalencia a lo largo de las últimas décadas. Por ejemplo, se estima que la
diabetes tipo 2 afecta a más de 460 millones de adultos a nivel mundial y su incidencia está en aumento
debido a factores como el envejecimiento de la población, la urbanización y los cambios en los estilos
de vida. (Organización Mundial de la Salud, 2023)
Desde una perspectiva médica, la alta incidencia de estas enfermedades se correlaciona con una serie
de consecuencias adversas para la salud. Las ENT están asociadas con complicaciones graves tales
como infartos cardíacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal crónica y amputaciones.
Estas complicaciones no solo deterioran significativamente la calidad de vida de los individuos
afectados, sino que también imponen una carga económica considerable a los sistemas de atención
médica. Los costos asociados con el tratamiento de las ENT, incluyendo hospitalizaciones,
medicamentos y cuidados continuos, representan una proporción significativa del gasto en salud en
muchos países, exacerbando las presiones financieras sobre los sistemas de salud.
Además, la alta incidencia de ENT también se asocia con una mayor morbilidad y mortalidad
prematura, contribuyendo a una reducción en la esperanza de vida saludable y afectando el bienestar
general de las poblaciones. Esta situación destaca la urgencia de implementar estrategias efectivas
de prevención y manejo, como la promoción de estilos de vida saludables y el aumento de la actividad
física, para mitigar el impacto de las ENT y mejorar la salud pública global. (Santartín, 2022)
El ejercicio físico juega un papel fundamental en la prevención y manejo de enfermedades crónicas,
especialmente en la población de 20 a 40 años, debido a su capacidad para modificar los factores de
riesgo asociados y promover la salud general.
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ISSN en línea: 2789-3855, septiembre, 2024, Volumen V, Número 5 p 211.
Prevención de factores de riesgo y promoción de la salud metabólica
Durante la etapa de 20 a 40 años, el cuerpo está en un periodo crítico de consolidación de hábitos y
estilos de vida que impactarán la salud a largo plazo. El ejercicio físico regular ayuda a prevenir el
desarrollo de enfermedades crónicas al abordar los factores de riesgo modificables, tales como la
obesidad, la resistencia a la insulina y la hipertensión arterial. Investigaciones científicas han
demostrado que la actividad física mejora la sensibilidad a la insulina, regula los niveles de glucosa en
sangre, y mantiene un peso corporal saludable, todos ellos factores clave en la prevención de
enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y la obesidad.
Manejo de estrés y salud mental
Además, en esta franja etaria, el manejo del estrés y la salud mental son cruciales. El ejercicio físico se
ha asociado con la reducción de los niveles de estrés y ansiedad, y con una mejora en el estado de
ánimo. Los mecanismos detrás de estos efectos incluyen la liberación de endorfinas, la reducción de
las hormonas del estrés y la mejora de la calidad del sueño. Estos beneficios psicológicos no solo
mejoran la calidad de vida, sino que también ayudan a reducir el riesgo de enfermedades crónicas
relacionadas con el estrés, como las enfermedades cardiovasculares. (Bardosa, 2021)
Impacto en la adherencia a estilos de vida saludables
El ejercicio regular fomenta una mayor adherencia a otros comportamientos saludables, como una
alimentación equilibrada y una mejor gestión del estrés. Este enfoque integral contribuye a la reducción
de la incidencia y severidad de enfermedades crónicas. Además, para aquellos que ya padecen de
alguna ENT, el ejercicio físico puede mejorar significativamente la eficacia de las intervenciones
médicas, facilitando el control de la enfermedad y reduciendo las complicaciones asociadas.
El ejercicio físico no solo actúa como un mecanismo de prevención primordial, sino también como una
herramienta efectiva para el manejo y control de enfermedades crónicas, especialmente en la
población de 20 a 40 años. Promover la actividad física en esta etapa de la vida es esencial para reducir
la carga de enfermedades crónicas y mejorar la salud y el bienestar general a largo plazo. (Méndez,
2020)
La necesidad de realizar un estudio detallado sobre el impacto del ejercicio físico en la prevención y
manejo de enfermedades crónicas en la población de 20 a 40 años de Loja, con un enfoque
multidisciplinario, se fundamenta en las siguientes consideraciones científicas y sociales:
Prevalencia en aumento de enfermedades crónicas: En las últimas décadas, se ha observado un
aumento notable en la prevalencia de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, enfermedades
cardiovasculares y obesidad en adultos jóvenes. Estas condiciones, anteriormente más comunes en
edades mayores, están emergiendo cada vez más en personas de 20 a 40 años debido a estilos de vida
sedentarios, dietas no balanceadas y altos niveles de estrés. La investigación local en Loja es crucial
para entender cómo estos factores afectan a la población joven y cómo el ejercicio físico puede servir
como una intervención eficaz.
Beneficios del ejercicio físico: La evidencia científica respalda ampliamente que el ejercicio físico
regular tiene efectos positivos en la salud metabólica y cardiovascular. El ejercicio mejora la regulación
de la glucosa, reduce el riesgo de hipertensión, mejora los niveles de lípidos en sangre y combate la
inflamación crónica. Investigaciones previas han demostrado que un programa de ejercicio bien
diseñado puede retrasar la aparición de enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida de quienes
ya las padecen. Sin embargo, la aplicabilidad de estos hallazgos a la población específica de Loja, con
sus características socioeconómicas y culturales particulares, aún necesita ser investigada. (Alerta
USIL, 2021)